Cómplices del mismo sueño
Charla con Lillián Viveros
Ghostligth brinda un espacio para explorar diversas posibilidades y temas, para con ello aumentar la creatividad de sus integrantes.
En 2014 tras ser aceptada para tomar un taller intensivo de teatro físico en Nueva York, Lillián decide lleva a cabo una obra de teatro para costear su estadía en Estados Unidos, proyecto que une a diversas personas.
La idea era llevar a cabo una obra con pocos personajes, pero dado a que el proyecto me beneficiaba directamente a mí, consideré que lo justo era que yo tuviera la mayor carga.
Varios compañeros de trabajo e incluso algunos de sus alumnos del Tecnológico de Monterrey se unieron a esta propuesta que derivó en el montaje de “Juana la Loca, la reina que no quiso reinar”, del español Jesús Carazo, un monólogo que se trabajó con música original de Alán Sánchez, misma que, en todas sus presentaciones ha contado con la participación de un terceto de guitarras, esta obra, su primer montaje, continúa en cartelera, cumpliendo en 2024 diez años activo
Es con esta obra como surge Ghostlight Teatro compañía que se ha destacado por trabajar siempre a partir de sus propios recursos y que mantiene las puertas abiertas para todos aquellos que quieran sumarse a sus filas.
Su nombre surge de la necesidad de encontrar un detonante que pudiera generar una conversación, mismo que encontraron en la superstición de la luz fantasma que, tradicionalmente, debe dejarse encendida cuando todos se marchan del teatro, para con ello disipar los fantasmas de funciones anteriores.
En sus inicios, Ghoslight Teatro estuvo integrado por Alan Sánchez, Fidel Tena, Areli Hernández, Andrés Mendoza, Daniela Torres, Matías Barraza, Sonia Faudoa, Luis Fernando Mata, Georgina Arriola, Mario Ángel Chacón, Georgina Ayub y Lillián Viveros, para después incluir a Andrés Samaniego, Gladys Luna, Carlos González, Andrea Flores, Sonia González, Álvaro Perea, Alfredo Flores, Cheryl Tovar, Karol Serrato y Abel Fernán.
Posterior a su ópera prima, llega “La espera”, también de Carazo, quien la confía a Lillián para llevarla a escena, puesto que, debido a su temática, no ha podido estrenarse en Europa, esta obra aborda la historia de los grandes dictadores con humor negro.
-Nuestras obras han sido muy nobles, han generado curiosidad y se han mantenido en el gusto del público.
Tras regresar a Nueva York, pero ahora como participante en un laboratorio de actuación, conoce a Andreas Flourakis, autor de la obra “Yo quiero un país”, misma que es traducida al español por Lillián, para posteriormente llevar a cabo su montaje.
Gosthlight Teatro cuenta con su propio espacio para la representación escénica, ya que varios de sus miembros son fundadores junto a Iván Benítez de Foro Cuatro, ubicado en la Avenida de las Industrias, espacio acogedor con un aforo para treinta personas que cuenta con todas las herramientas para explotar sus propuestas, por lo que posterior a la pandemia, centraron sus esfuerzos en reactivar dicho espacio.
De este modo surge “La llorona”, basada en textos de Juan de Dios Peza y Riva Palacio, la finalidad de este montaje era despertar la curiosidad del público, para que fueran partícipes de esta conocida historia, pero retomada desde una visión diferente y posteriormente, llevan a escena “Vírgenes de papel” de Georgina Ayub.
La compañía decide mantener sus proyectos vivos, al considerar que estos valen la pena, ya que, aunque la función muera, el tema no, continúa vigente, por lo que en ocasiones se han sorprendido de que algunas personas que ya han visto sus montajes, vuelvan a hacerlo.
Dentro de su esquema de trabajo, cada proyecto se nutre de las ideas de sus integrantes, por lo que no existen puestos clave, teniendo la posibilidad de dirigir, actuar y escribir, cuando se desee hacerlo.
Aunque algunos elencos se han conformado por audición, la mayoría se ha desarrollado por invitación, contando también con la participación de algunas personas que han llegado con la inquietud de integrarse y colaborar.
En cinco años la compañía se visualiza activa, desean continuar vigentes, haciendo teatro no sólo en conjunto, sino bajo el mismo esquema que les caracteriza en el que, los integrantes tiene la oportunidad de experimentar y prepararse, colaborando en diversos espacios y agrupaciones, regresando después a nutrir a sus compañeros.
-El teatro sucede una sola vez, y siempre es perfectible, puesto que cada función es diferente, por eso seguimos en la búsqueda de mejorarlo.
Los integrantes de la compañía no viven totalmente del teatro, por lo que son conscientes de que los procesos de montaje no pueden ser muy largos, algo que caracteriza sus procesos creativos.
-La gente se cansa, el proyecto se apaga y se corre el riesgo de sobre ensayar, lo cual es muy peligroso, dado que el actor debe estar alerta en el escenario. Consideramos que no te puedes acostumbrar a la obra antes de haber estrenado.
Una de las grandes ventajas de la alianza con Foro Cuatro, su espacio escénico productor, es el hecho de contar entre otras cosas, con un espacio de ensayo, logrado así experimentar e ir ajustando sus montajes de acuerdo al resultado de cada función, lo que les lleva a reconocerlo como un gran recurso, mismo que no es exclusivo de la compañía sino que se encuentra abierto para la comunidad en general.
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